Spielberg.
- APCJ

- 30 abr 2024
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Ramon Quintana.
En la década de los ochentas la película E.T., (El Extraterrestre, 1982), cambió el modo de ver cine, o más bien la forma de hacer línea para ver una película. Mi memoria solo me alcanza para decir que recuerdo una larga fila en el centro de la ciudad, por varias semanas, no creo que yo haya estado interesado debido de mi edad, pero mi madre si, la película que dirigió Steven Spielberg duró en la cartelera un tiempo récord y de aquellos dos intentos que apenas recuerdo, no entramos a ninguno. Salían unos y entraban otros, había que esperar más de una hora formados en la 16, y Francisco Villa.
Spielberg, es un director de origen judío, ahora multimillonario, su éxito en Hollywood es innegable. No sé si su condición de raza tenga que ver con su estatus económico, pero se dice que no hay judío pobre. La película en mención es solo una de varias que le han dado a ganar millones de dólares, convirtiendo su carrera en un culto.
Por ejemplo, en 1993 La Lista de Schindler (1993), es otra de sus creaciones que conmovió al mundo y a la academia. La película con duración de más de tres horas estaba filmada en un formato a blanco y negro. Las escenas que se consiguieron por parte del director lindan en lo hiperrealista. Los campos de concentración, adquieren relevancia excepcional porque muestran el formato de su funcionamiento y el comportamiento del ejército nazi establecido en Polonia. La dirección de este largometraje le valió la consideración para obtener siete premios Óscar.
Sin embargo, y sin tener que recurrir a los galardones, lo que se ve en la pantalla es sumamente conmovedor, en ningún momento hay un minuto de desperdicio, y quien observa, puede tener una reacción de empatía inmediata, el director logra establecer una relación directa entre el espectador y el oprimido; aunque existe una enorme distancia entre unos y otros, el director logra causar una sensación de proximidad.
La película posee un argumento poderoso en el que terminas convencido de que los judíos sufrieron. La historia mundial había reiterado esta versión desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. A través del sistema educativo nos han dicho que más de 6 millones de judíos murieron en manos del ejercito nazi. El Largometraje de Spielberg nos acerca a la época y nos da una idea de cómo esos 6 millones fueron torturados, quemados, explotados, mutilados, o asesinados.
Después de más de tres horas de ver eventos de violencia en contra de los judíos, no te deja duda de que definitivamente fueron unas víctimas irrefutables, pero el trabajo del director tiene mucho que ver con esa difusión que necesitaba imprimirles a los asistentes a través de una sala de cine, es una especie de trabajo propagandístico. Esa película se convirtió en el resumen de lo que vivieron los judíos durante la invasión nazi a diferentes partes del mundo.
Han pasado 31 años desde exhibió en las salas La Lista de Schindler, y 79 años desde que acabó la Segunda Guerra Mundial (1945). La historia ha demostrado que la milicia judía comandada por su primer ministro Benjamin Netanyahu son un monumento al abuso. El corazón se arrancó al ver los hornos crematorios, el fusilamiento de personas en fila india, para ahorrar balas, o los hoyos donde echaban los cuerpos acarreados con un trascabo. Pero lejos quedó esa idea de que los judíos son víctimas en el siglo XXI.
No creo que Spielberg dedique un solo centímetro de cinta para abordar la situación de la Franja de Gaza, en donde los guetos de Polonia ya se ven rebasados por la lluvia de bombas que desde hace 7 meses sufren los palestinos. un día sí, y otro también. Hollywood está colmado de empresarios y actores judíos, así que ni esperanzas de que aparezca una Lista de Schindler versión musulmanes mutilados.



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