BARRERA DE SOL.

DINASTIA.

Manolo de la Laguna

La corrida programada para el domingo 23 de noviembre, en la plaza de toreos "Alberto Balderas", se suspendió y en general, ya todos los festejos taurinos; desaparece definitivamente la fiesta brava en Ciudad Juárez, gracias a la imposición de unas minorías, sin importar cuales sean; otra importante fuente de trabajo se cierra, sin que siquiera haya llegado la Inteligencia Artificial, dejando sin el sustento, a miles de familias mexicanas, no obstante que por el bien de todos, "primero los pobres".

Invadidos por la nostalgia taurina, volvemos al 4 de noviembre pero de 1945; en España, hay un pueblecillo llamado Arganda del Rey, donde se celebró un festejo taurino, con una dinastía de toreros, los Bienvenida, lo que le dio gran atractivo al cartel y el coso se llenó a reventar, pues partirían plaza Pepe, Antonio, Ángel y Juan.

Según la crónica, el pochar de toreros, cortó orejas y rabos a los erales que les tocaron, lo cuales procedían de las ganaderías de Alonso Pesquera y de Caballos; todo marchaba a pedir de boca, peeeero, en el tendido de la plaza de Arganda del Rey, se encontraba "El Papa Negro" del toreo.

Y como Manuel Mejías Rápela "Bienvenida", de 60 años 60 de edad, había sido el que alborotara la gallera para la celebración del festejo, pues la parroquia le exigió que se bajara al ruedo y calmara sus ansias de novilleros, de lo cual, "El Papa Negro", no se hizo del rogar y tras hacerle al pavo una buena faena con capote y muletea, fue galardonado con los máximos trofeos.

A petición de la familia "Bienvenida", la cabeza del novillo fue disecada y exhibida en una pared de la sala de su finca campera, como testimonio permanente de la gran faena realizada por el selecto torero, al haber reverdecido los laureles del toreo de antaño. 

Noviembre de 1945, había terminado ya la Segunda Guerra Mundial y nosotros, apenas contábamos con el primer lustro de vida. Vale.

#es Andy