De política y políticos
- APCJ

- 12 sept 2023
- 3 Min. de lectura

Por el Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca
Bien se afirma que en política todo puede pasar y que es impredecible cuando se
ostenta el poder. Entre los políticos se abrazan entre sí y cuando son del mismo
partido se dicen hermanos, prometen su amistad incondicional y se comprometen
a apoyarse mutuamente.
Critican fuertemente a los partidos contrarios, porque son sus adversarios dicen y
además procuran evidenciar a todos los políticos de sus defectos y carencias. Los
exponen públicamente con su pasado y hasta de sus familiares. Es un ataque
directo para eliminarlos como sea de la buena fama pública que pudiesen tener.
En la política no se escogen a los amigos y compañeros de partido. Estos llegan
atraídos por el poder, no por la amistad de nadie. Necesitan padrinos, necesitan
hacerse notar, salir en la foto. Los políticos famosos que se jactan de tener poder
por la fama conquistada en sus diversas actividades de carácter público son
aquellos cuyo oficio como tales los distingue y que generalmente viven de la
política.
Los militantes de los partidos políticos son personas que creen en sus líderes y se
conforman con la participación que les den. Algunos necesitan trabajo y aceptan
colaborar, aunque la paga sea baja, volanteando y andando en la bola en todos
los eventos. Muchos sueñan con llegar algún día a ocupar un puesto público, pues
el único requisito es ser fiel al partido y que un político en el poder lo note y anote.
No se necesitan estudios profesionales.
Cuando el presidente de México Andrés Manuel López Obrador optó por
manifestar que en su gobierno no cabe la corrupción, que está prohibido prohibir y
las palabras que todos queremos oír: No robar, no mentir, no traicionar; creímos -
al menos un servidor- que así sería. En su gobierno veremos políticos honorables
me dije, se acabaron los políticos corruptos famosos a nivel nacional.
En el gobierno de la 4T, creímos que en el partido político que fundó denominado
Morena, no tendrían oportunidad los corruptos de otros partidos, porque nació
como la esperanza de México y hasta se le criticó porque utilizaba el apodo que le
damos a la Guadalupana los católicos. Millones de mexicanos no dudamos en
apoyar a nuestro presidente AMLO, su carisma logró conquistarnos.
La mayoría lo hicimos con el afán de que México lograra la estabilización
económica, política y social. Enfrentar el problema de la violencia bajo un
esquema que funcione contra el narcotráfico y trata de personas principalmente
eran los motivos suficientes para creer y apoyar al movimiento de regeneración
nacional de nuestro presidente y así fue.
Actualmente nuestro presidente cuenta con la aprobación de la mayoría de los
mexicanos y ha cumplido con casi todos los compromisos que hizo ante el pueblo.
Logró estabilizar la economía y rescatar a la gente en extrema pobreza, además
es el único presidente que no ha endeudado a México como los anteriores. Su
slogan “por el bien de México, primero los pobres” es una realidad según mi
percepción.
El presidente dejó claro desde un principio que era una revolución pacífica contra
el neoliberalismo que afectó a la patria. Su movimiento ha costado enemistades
entre amigos, separaciones de familias, expulsiones de miembros en grupos
religiosos del cristianismo, despidos de trabajadores y hasta divorcios. Los que
están a favor y en contra lo reflejan en las redes sociales y los medios de
comunicación divididos.
Con el tiempo que ha transcurrido, nos hemos dado cuenta de que los políticos
que lo rodean y que se han infiltrado para ocupar puestos de primer nivel en el
gobierno, son los que han dejado de participar en el PRD, en el PAN, en el PRI y
en Movimiento Ciudadano. Abandonaron a sus partidos porque vieron que Morena
arrasaba con nuestro gran líder presidente. ¿Cómo imaginar que los que fueron
sus enemigos durante dieciocho años, ahora son de su movimiento?
Los prianistas que hoy son morenos, están gozando de la revolución a la que le
entramos millones de mexicanos y que nos costó perder amistades, familiares y
algunos hasta la vida. Es algo que sigo sin entender. Dicen los que saben más que
su servidor en política que es porque están posicionados con mucha gente y que
por eso el presidente del partido Mario Delgado los “premia” y admite.
Lo ocurrido con Marcelo Ebrard demuestra que la lealtad y la honradez no es
suficiente. Lo que sucede a nivel nacional como es el caso de los políticos
ampliamente conocidos como corruptos, siguen acomodándose en el poder. Al
menos para los partidos que representaron alguna vez, son mentirosos, ladrones y
traidores, incluyendo a los “independientes” que ahora son morenos.



Comentarios