BARRERA DE SOL.

AMANTE Y TORERA

Manolo de la Laguna

Este glorioso país en el cual nos tocó nacer, crecer y nos va tocar morir, en las avatares de su historia, se dice que también fue, en su momento, un país imperial, bástenos recordar el cruel Imperio Azteca, luego el Imperio de Iturbide, luego el Imperio de Santa Ana, Su Alteza Serenísima, aunque nunca tuvo la corona y por último, el rubio emperador de ojos azules, Maximiliano, así de que como nación, de que tenemos nobleza, la tenemos, aunque "munchos", no la acepten.

Pues bien, en la época del Gral. Santana, hubo una niña que desde su infancia, se infectó del mal de montera o sea, le gustó la fiesta brava y al parecer, era muy temeraria; cuando creció, se hizo torera y amante de dos personajes, uno era mataó y el otro, casi nadie, el  "Seductor de la Nación".

Esta criatura una vez hecha mujer, se cuenta, se dice, se murmura y se asegura, que tuvo amoríos con el torero español Bernardo Gaviño, y desde luego, con su "Alteza Serenísima" a quien, narra la historia, la mozuela, le hizo una broma muy pesada al dejarlo en ropas menores y salirse ella de la habitación, con el ropaje militar del Seductor.  Habrase visto, tamaño desacato.

Como era de esperarse, el Monarca, no precisamente del trincherazo, como era natural, entró en cólera y de inmediato mandó arrestar a la temeraria pilluela, de la cual, al paso del tiempo, ya no se supo nada de ella, su nombre era homónimo de "La Morenita" del Tepeyac, Guadalupe Luna. a quien apodaban "La Torera".

Terminamos con un remate incluyente, tomao de un cartón periodístico: Mi amor, tengo que confesarte algo... dime, es hora de que hablemos de hombre a hombre... Vale.