BARRERA DE SOL.

RECUERDOS TAURINOS

Manolo de la Laguna

Hemos pasao este domingo en el cultivo del huevo, desayuno, almuerzo y comida, se nos ha servido en la cama por la santa, sufrida y abnegada señora Manchega (falta la cena); Dios se lo ha de pagar, porque nosotros, pos'con qué, no disponemos de capital, mucho menos de los dineros del toro.

En la semana, hojeando algunos libros taurinos, dimos con algunas pinturas y carteles idem, recordar es vivir, no cabe la menor duda, lo recuerdos taurinos se agolpan en las sesera o si lo prefieren, en la mente para llevar el fandango en paz, aunque al no haber ya en México, auténticas corridas de toros, la pasión ya no surge, no se antojan los tintorros ni los blancos, ni er cante jondo y mucho menos las fatigas del querer.

Las pinturas y carteles que vimos en los libros que tenemos, nos entretuvieron un buen rato, su autor es un valenciano, nacido concretamente en Orba, radicándose, al paso de los años, en México, donde se quedó y fue cristianamente sepultado.

Sus cuadros y carteles allí están, allí quedaron para la posteridad taurina; grandes toreros de allá y de acá, fueron pintaos por este esteta orbero del pincel; ahora... ahora todo ha cambiado la tecnología llegó para quedarse y los tiempos idos, esos, esos nunca volverán.

Siendo de buena edad, quién no recuerda a nuestro personaje, Carlos Ruano Llopis, sus carteles eran de una belleza única como las mujeres valencianas, pues "Valencia es tierra de las flores, de la luz y del amor, ya que sus mujeres tienen de las rosas el color".

Carlos Ruano Llopis, gran pintor de la fiesta brava y sus toreros que, en el Olimpo de los dioses, ha de seguir practicando el bello arte de Kora, la pintura. Vale.