top of page
Superficie de mármol

656.

  • Foto del escritor: APCJ
    APCJ
  • 27 jun
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 30 jun

Esa agua bendita que viene del cielo y nos pone a temblar.

ree

Una hora con 5 minutos de lluvia en una sola zona de la ciudad fue suficiente para traernos a la ciudad los fantasmas de la tragedia de regreso a nuestras calles.


La madrugada del miércoles entre las 4 y las 5 de la mañana, las calles al poniente de nuestra ciudad se vieron embestidas por los fuertes torrentes pluviales que bajaron con furia de la Sierra de Juárez.


Aunque existía el aviso de que se registrarían lluvias para esta semana, una vez más quedó la ciudadanía superada ante la naturaleza, evidenciando que no existe un verdadero plan ante una contingencia de esta naturaleza.


La zona poniente de la ciudad está plenamente identificada por las autoridades como la más peligrosa de la ciudad en lo que a temporadas de lluvias se refiere, porque allí se encuentran todos los arroyos que bajan sobre Juárez y así está señalada dentro del atlas de riesgo del Instituto Municipal de Investigación y Planeación.


Una una lluvia de grandes proporciones pudiera resultar catastrófica, una precipitación que desde hace años, se sabe que puede acontecer en la misma zona que durante la madrugada ocurrió y para la cual no se han tomado medidas serias, pese a las llamadas de atención que nos ha dado ya la naturaleza en varias ocasiones en los últimos 30 años.


Y es que no solamente se trata de un fenómeno derivado del cauce natural que se recupera cada vez que llueve, sino de una problemática que por décadas ha sido desatendida por los tres niveles de gobierno.


La permisibilidad de asentamientos en zonas de riesgo, el interés de terratenientes y la corrupción de los gobernantes han estado por encima de la vida humana misma, allí, en esas zonas donde en lugar de apostar por infraestructura hidráulica, se ha mantenido una apuesta a la falsa idea de progreso y desarrollo.


Al momento de escribir estas líneas, recordaba que el problema de las inundaciones y el daño que provocan las lluvias, ya no es propiamente de un sector de la ciudad, sino que este se ha extendido a la gran mayoría del territorio, que no cuenta con un sistema de drenaje pluvial que permita el encausar los grandes caudales en zonas donde la crecida pluvial demuestra su poder.


Zonas como El Jarudo y Anapra han dado cuenta también de los estragos en los que una simple lluvia puede convertir en un espacio en ruinas. Las excusas de parte de los gobiernos durante sexenios siempre han sido las mismas, en Juárez casi no llueve y no le ven la necesidad de gastar millones en una obra de esa naturaleza.


Las imágenes que vemos a través de los medios de comunicación y las redes sociales, deberían preocuparnos en verdad, calles completamente destruidas, pérdidas del patrimonio de los juarenses en vehículos y viviendas, fotografías que más parecieran de un área devastada por la guerra que por la naturaleza.


Para fortuna de la ciudadanía, en esta ocasión no hubo pérdidas humanas qué lamentar, solo un millonario precio qué habremos de pagar, los juarenses, por nueva cuenta, ante la mala planeación o mejor dicho, la ausencia de planeación que ha prevalecido en Ciudad Juárez.

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación

Asociación de Periodistas de Cd. Juárez | 2023

bottom of page