BARRERA DE SOL.

EDAD DE ORO.

Manolo de la Laguna

Una decision unánime, acabó con los diez segundos de gloria del "Canelo" Alvarez, dando por terminada la vida pugilistica de este mexicano triunfador; lo demás, será lo de menos.

 Ahora, amable aficionado (da), viaja mentalmente al principio del siglo XX; ubícate en España, en esa tierra de donde, en el siglo XVI, llegó Hernán Cortés y compañía,  para derribar, con miles de indios regionales, hartos del cacicazo Tenochca, al sanguinario Imperio Azteca, donde emerge como último Emperador, Cuauhtémoc, llamado por los historiadores "El Jóven Abuelo", único héroe a la altura del arte y después, dejar la tradicion, entre otras muchas, de... el toreo. 

Muchos siglos después, para esa tierra de conquistadores, se fue, en el incipiente siglo XX, un torero mexicano, porque México, como República, ya existía, despues de un convulsionado y ensangrentado siglo XIX , si es que no nos desmimente algún taurino o historiador betabelón, como este "escrebidor", porque dicho sea de paso, ya se nos va el avión, al grado de que cuando nos dan ganas, ya no nos acordamos de qué.

Y el torero mexica, triunfó en España, a lo grande, era "La Epoca de Oro" del toreo, conquistando a la aficion hispana, no solo por su elegancia en el ruedo, sino tambien por su elegancia en el vestir, al grado de parecer un Adonis, a quien, como buen mexicano, le encantaban las mujeres que era un copntento y ahí fue su perdición, pues reinando en la tierra de Fernando e Isabel, el rey Alfonso XIII, "El Africano", nuestro torero, pronto  "perdió" la cabeza  y que se casa con Carmen Ruíz Moragas, que era nada menos, que la amante preferida de PONCHO y como ustedes comprendrán, el triángulo amoroso no duró mucho, pronto se disolvió.

Rodolfo Gaona "El Petronio" de los ruedos, mejor se regresó a su patria, de donde nunca debió haber salido y jamás de los jamaces, regresó a España; en descargo de la conducta del "Indio Grande", debemos escribir que otros muchos toreros mexicanos, tambien fueron ojo alegre, pero no al grado de meterse con testas coronadas; luego les escribiremos de ello; por el momento se nos ha agotao el tiempo y el espacio, gracias. Vale.

#es Andy.